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01 Jun, 2023

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Vellsam: sentando las bases de la inmunoterapia de la tierra y la agricultura

Emprendedores y Grupo Cooperativo Cajamar quieren poner en valor la innovación agroalimentaria y para ello han seleccionado a una veintena de proyectos españoles con mucho potencial en esa dirección.

Vellsam y Cajamar

Desde el principio tuvo claro que su camino iba a ser el de la agricultura ecológica. María Zamora Cervantes [a la izda. en la foto] fundó en 1999 Vellsam, una empresa familiar convertida hoy en multinacional que fabrica y distribuye soluciones biotecnológicas para el cuidado de la tierra y el desarrollo agrícola.

Vellsam se ha alzado recientemente con el premio a la Innovación Biotecnológica enfocada a la Agricultura Sostenible, dentro de los Premios Sostenibilidad y Medioambiente. Se reconoce así el esfuerzo de la empresa por la innovación y el desarrollo de soluciones biotecnológicas al servicio del campo, tanto para mejorar el rendimiento de sus cultivos como para preservar el ecosistema y las propiedades del terreno.

Desde hace décadas son pioneros en la investigación, diseño y producción de soluciones biotecnológicas (bioestimulantes y nutrientes vegetales) con el objetivo de mejorar la forma en la que se cultivan los alimentos de buena parte del mundo. Así es como se han convertido en referente mundial en lo que atañe a la investigación, el diseño y producción de este tipo de soluciones a medida.

El primer producto que lanzaron al mercado fue un fertilizante ecológico basado en aminoácidos. Ya por entonces se empezaba a hablar de la agricultura ecológica, pero en España sonaba aún como algo lejano. Sin embargo, María Zamora creyó en ella desde que la descubrió trabajando como comercial para una empresa de fertilizantes. 

Consciente del maltrato que se estaba dando a la tierra en detrimento, no solo del futuro del sector agrícola sino también de la salud de las personas que ingieren sus productos, se animó a montar una empresa que creara soluciones biotecnológicas para el desarrollo agrícola sostenible, ecológico y saludable. Funda así Vellsam en 1999 donde todavía hoy ejerce de consejera delegada.

‘La rubia’, una emprendedora de raza

María Zamora tenía 39 años y dos hijas pequeñas cuando creó Vellsam. Antes había terminado Magisterio, más por acomodarse a los cánones del momento que por vocación pedagógica. Cuando pudo, cursó ADE y orientó su carrera profesional al mundo corporativo, que era lo que de verdad le gustaba.

La empresa la monta junto a su marido, Francisco Castillo, –“mi socio en la vida, la familia y la empresa”– más enfocado en la parte de producción, mientras que María Zamora disfruta más del día a día y la comercialización. Entonces todavía era difícil encontrar a una mujer moviéndose sola en foros y encuentros de emprendimiento. “Fíjate que me llamaban ‘La rubia’ –comenta–, que tenía yo que demostrar que debajo de la cabellera había algo más”. 

A María Zamora, estas cosas no le han preocupado nunca. Tiene claro que cualquier persona, hombre o mujer, tiene capacidad “para tomar decisiones, marcarse sus propios retos, equivocarse y no permitir que nadie te frene, aunque te pongan zancadillas, que eso tampoco te va a faltar”. Así trata de inculcárselo ella a sus hijos, ahora ya tres.

El emprendimiento le viene de raza, igual que el gusanillo político. Su padre, Bartolomé Zamora, acabó siendo diputado socialista por Almería y montando una empresa en Cataluña. Allí habían trasladado la residencia donde el padre empezó a trabajar en unas minas de sal a la vez que lo compaginaba con los estudios nocturnos. Sacó el bachiller, primero, y la carrera de Ingeniería de minas después. De aquí que montase más adelante, junto a un socio, la empresa Comercial e Industriasl Aries con minas de cal y yeso. Con el padre ya fallecido, ahora es María Zamora quien ejerce de socia.

La internacionalización temprana

El objetivo de Vellsam siempre fue llevar su modelo de agricultura sostenible a todo el mundo, así que pronto optó por la internacionalización. Aprovechando que le encanta viajar, siempre es ella la que se encarga de desplazarse para abrir nuevos mercados. El primer cliente extranjero lo consiguieron en Argelia. De aquí recuerda la CEO otra anécdota: “Creo que era la única mujer occidental que iba en el avión, con la cara y la cabeza descubierta. Yendo un día por la calle, unas niñas se pararon a tocarme el pelo, para ver si era de verdad”.

La expansión internacional de Vellsam ha sido notable. A día de hoy están presentes en 40 países, con sede en España (Almería), Portugal, Colombia y Egipto. Las últimas incorporaciones proceden de Rusia y Polonia, países en los que María Zamora consiguió entrar en plena pandemia, cerrando las negociaciones a través de videoconferencia. Antes de que irrumpiese el Covid, la intención era desplazarse a Chile –un país que considera estratégico– y había conseguido el primer visado de mujer para desplazarse sola –sin marido– a Arabia Saudita para hablar de negocios. No fue posible, pero el visado, aunque ya no tiene validez, lo guarda con orgullo.

El equipo y la apuesta por la innovación

Es otra de las fortalezas de la empresa que María Zamora insiste en subrayar. “Nada de lo que hemos conseguido como empresa habría sido posible sin contar con un equipo tan excelente como el que tenemos en Vellsam”. En total son algo más de 60 personas, 58 de ellos en Almería, y corresponden a perfiles muy cualificados, desde ingenieros hasta doctores en química o biólogos. 

Todos ellos aportan valor a la hora de investigar nuevas soluciones y seguir innovando en el ya extenso catálogo de productos que comercializa la empresa, tanto para cultivo ecológico, como aminoácidos, bioestimulantes, corrector de carencias, acidos húmicos, acidos fúlvicos y un largo etcétera. En resumen, como dice Gabriel Ferrón, director comercial de la compañía, “lo nuestro es fortalecer el sistema inmunológico de la tierra para que pueda defenderse de ataques de todo tipo”.

Además de producir sus propias soluciones nutritivas, también son expertos en el diseño y desarrollo de nuevos agronutrientes y productos a medida, acordes al país de destino y a las plantas, en sus distintos estadios. 

El crecimiento, de un 35% anual antes de la pandemia –actualmente el 20%– les ha permitido abrir nuevas instalaciones para la investigación de microorganismos y otro fisicoquímico. En dicha área estudian microorganismos beneficiosos para las plantas y los diferentes métodos de conservación de aquellos interesantes para la agricultura.

Asimismo, conscientes de la importancia que tiene la nutrición en la salud de las personas, han articulado una nueva línea de investigación en colaboración con la Universidad de Granada que consiste en un aula donde se encargan de analizar el efecto de los nutrientes vegetales en las frutas y verduras para el consumo humano.

Orgullosa de Almería y agradecida a Cajamar

Pero, al margen ya del equipo científico y profesional, tampoco quiere Zamora desmerecer a los agricultores, por quienes siente profunda admiración. “Me siento orgullosa de representar a Almería que ha conseguido convertirse en la huerta de Europa y referente agrícola mundial teniendo el clima más seco de toda España y un terreno malísimo”.

En este sentido agradece a todos los que han hecho posible ‘el milagro’, con especial referencia para el Grupo Cooperativo Cajamar. “Estoy convencida de que Almería no sería lo que es hoy de no haber contado con el compromiso y el apoyo incondicional de Cajamar al sector agrícola y a sus profesionales durante todos estos años. Lo digo honestamente”.

La diversificación y el compromiso con la sostenibilidad

Después de 22 años trabajando para el sector agrícola, María Zamora quiere aprovechar los años que le quedan al frente de la empresa para diversificar el negocio y adentrarse en otros sectores que también le llaman mucho la atención. El primero es el alimentario y el segundo, la cosmética. 

En el primero ya está dando sus primeros pasos contando con la ayuda de su hija mediana, María Castillo, que se ha unido al equipo del Vellsam en calidad de CMO. El nombre de la marca que quieren lanzar al mercado alimentario es La Gachona, que es la palabra con la que se refieren a las niñas muy mimadas en la zona. Lo primero que han sacado es un aceite que venden ya a través de la página web. A este le sucederán otros productos. Al de la cosmética se refiere María Zamora como “la espinita” que tiene ahí.

En ambos casos, sabe que la sostenibilidad está muy asociada y que Vellsam, con el know how adquirido a lo largo de estos años, puede aportar mucho valor. Pero, todo se andará, porque María Zamora no tiene prisa por jubilarse.