Si existe una familia en España que destaque por sus éxitos en los negocios, además de los Ortega o los Roig, sin duda son los Botín. En pleno 2022, parece que acaban de sumar un nuevo miembro a la lista de emprendedores, Emilio Botín, nieto del mítico expresidente del Banco Santander y sobrino de la actual presidenta de la compañía, Ana Botín.
Con tan solo 27 años -nació en 1995-, Emilio Botín es el artífice de la llegada a España de Palmar Spritz, una marca de bebidas con gas elaboradas con sabores naturales y que contienen un 4,2% de alcohol. Se trata de un nicho en crecimiento en el país, donde marcas como Topo Chico, propiedad de Coca-Cola, llevan unos meses en el mercado.
Pero la vena emprendedora del joven Emilio Botín no solo le viene por su rama paterna. La familia de su madre, Elisabeth d’Ornano, es la fundadora de la marca de cosméticos Sisley, una empresa francesa especializada en productos para el cuidado de la piel y el cabello, así como perfumes de lujo.
El emprendimiento responsable como principal valor de Emilio Botín
Tal y como destaca Emilio Botín en una reciente entrevista en Cinco Días, para él los negocios no son solo una forma de ganar dinero. “Inspirado por toda mi familia, sé que lo que quiero es estar en algo que tenga un aspecto social, no solo un retorno financiero. Es importante que haya retorno social”, explica.
En este sentido, el proyecto de Palmar Spritz surge con el propósito de cuidar las playas de Yucatán, en México, y proteger al flamenco, un animal que “es como un paraguas que protege a otras aves de alrededor”, afirma Botín.
Aunque considera que a su apellido se le exige mucho, Emilio Botín sabe que su larga tradición familiar de emprendedores es un valor que puede serle útil en su carrera. Por eso ha incorporado a su padre al proyecto. “En mi familia hay mucha gente ligada a los negocios. He aprendido mucho de ellos, hay mucha confianza. Son todos unos líderes y les consulto todo. Desde siempre he visto esos aspectos sociales en la familia. Siempre tenemos presente hacer dinero y crear valor en el lado social. Porque si ganas tú solo, nunca vas a ser feliz”, explica en la entrevista.
A sus 27 años, Emilio Botín se ha convertido en un nuevo actor protagonista del ecosistema emprendedor español. Y, tras sus jóvenes ojos, cree que el país se encuentra en un momento idóneo para la creación de nuevos proyectos. “Madrid se ha vuelto más multicultural, una ciudad internacional, que vive un gran momento. También le pasa a Málaga, que está atrayendo a mucho talento internacional. Vamos a tener unos años de oro”, valora.
Una gran inversión en un proyecto con mucho recorrido
El desembarco de Palmar Spritz en España no es un antojo de Emilio Botín. Se trata de un producto que triunfa en Estados Unidos y que está creciendo de manera importante en Europa. Su carácter refrescante y su toque alcohólico lo sitúan como una alternativa a la cerveza en esta temporada de verano.
Identificando la oportunidad, Emilio Botín ha invertido alrededor de 1,5 millones de euros en la compañía, fundada en México hace apenas dos años, lo que le convierte en uno de los accionistas mayoritarios y el principal encargado de convertir a Palmar Spritz en una destacada marca internacional.
Además de este negocio, el nieto de Emilio Botín lleva años buscando proyectos de futuro en los que invertir. Sobre todo, en el sector health tech, uno de los que más están creciendo en el ámbito tecnológico a raíz de la pandemia. “Por ejemplo, con la tecnología se puede ver la efectividad de los tratamientos contra el cáncer, y saber si están funcionando o no, de manera que se mejora la calidad de vida del paciente y a la vez se reducen costes”, explica. “Con el Covid, la digitalización de los hospitales se convirtió en una necesidad. Quiero traerlo a España y apoyar la salud.”, concluye en Cinco Días.