Gracias a la relajación monetaria –con la inyección de dinero público al mercado equivalente al 30% del PIB–, a las medidas de estímulo fiscal y a las reformas puestas en marcha por el Gobierno de Shinzo Abe, lo que ya se conoce como la Abeconomía, el país nipón dejó en 2013 dos décadas marcadas por la deflación. Ese año la economía japonesa creció un 1,5%, porcentaje que puede ser algo menor en 2014 (1,4%) y 2015 (1,3%), según las previsiones de Crédito y Caución.
¿Y ahora qué?
La pregunta que los analistas se hacen es si es sostenible la recuperación actual en un país con una elevada deuda pública y un consumo que se ha resentido tras el último incremento del IVA, del 5 al 8%. La respuesta nos la ofrece también Crédito y Caución.
Para esta compañía de seguros de créditos a la exportación, “el futuro de Japón depende de la puesta en marcha de reformas estructurales para estimular los resultados económicos a largo plazo”. Y no sólo esto: “Para lograr una recuperación sostenible es necesario abordar con urgencia una mayor flexibilización del mercado de trabajo, poner fin a la protección agrícola, e introducir una mayor desregulación de la actividad empresarial”.
Una de las consecuencias de la mencionada política fiscal ‘relajada’ es el elevado endeudamiento público, que ya alcanza más del 200% PIB. Y en esto hay una buena y una mala noticia. La buena es que “Japón depende principalmente de los acreedores nacionales para financiar su deuda, lo cual hace que la base de financiación sea menos propensa a la fuga de capitales”. La mala noticia, recuerda Crédito y Caución, “es que mantener este nivel de endeudamiento resulta costoso e insostenible: Japón mantiene el ratio de deuda en relación con el PIB más alta del mundo y su deuda pública sólo es superada por la de Estados Unidos”, añade esta entidad.
En este entorno, también habrá que estar atentos a cómo se comporta el consumo privado con la proyectada subida de impuesto del 8% al 10% para octubre de 2015, en un país donde el consumo de los hogares representa el 60% de la economía. La actual ya se ha dejado notar.
Las dos caras de una misma moneda
En el milagro económico japonés, no es oro todo lo que reluce. Uno de los pilares de la Abeconomía está firmemente asentado en el crecimiento de las exportaciones japonesas. Para lograr ese objetivo, el Banco Central Europeo amplió la base monetaria mediante la compra de bonos a largo plazo con el propósito de devaluar el yen japonés. De esa manera se buscaba fomentar las exportaciones, desalentar las importaciones con el objetivo también puesto en elevar la inflación 2%. Y ciertamente, en 2014 y 2015 está previsto que las exportaciones aumenten un 5,8% y un 7,8%, respectivamente. Sin embargo, desde 2011, el país ha estado arrojando déficits comerciales debido a la considerable subida del coste de las importaciones y a la compra de combustibles tras el accidente de Fukushima. Por eso, para Crédito y Caución, “teniendo en cuenta el mayor déficit comercial, se augura que la balanza de pagos por cuenta corriente se tornará negativa en 2014 y 2015”.