Más de nueve de cada diez compañías que atraviesan una situación complicada optan por hacer recortes de plantilla, según el estudio de Gestión de Crisis realizado por la empresa Improven. El número, que se ha incrementado casi diez puntos en los últimos seis meses, está creciendo. Y el impacto de estas reducciones, indica el documento, está sobrevalorado.
“En más de la mitad de las empresas estudiadas, la reducción de plantilla no ha sido el elemento clave del éxito del plan de reestructuración. Lo han sido otras medidas, como la venta o cierre de unidades no rentables y la eliminación de clientes y productos no rentables”, afirma el estudio de Improven.
Por otro lado, la reestructuración de plantilla no se aplica de igual forma en todos los niveles de las empresas. “Nos encontramos en la mayoría de los casos que el dimensionamiento de plantilla no se hace de manera proporcional. Los niveles más bajos son los más afectados, frente a los más altos”, indica el socio director de Improven, Eduardo Navarro.
Además, en un 54% de los casos, se echa en falta la planificación y la reestructuración se lleva a cabo en varias fases. Navarro, asegura que esta medida “conlleva un importante desgaste en el clima interno de la organizaación por la incertidumbre que genera, lo que lleva a un descenso de la productividad”.