Un día cualquiera en Yakarta, capital de Indonesia. En el aeropuerto internacional Suharto-Hatta los paneles informativos centellean nerviosamente la procedencia de los vuelos de llegada: Frankfurt, París, Londres, Ámsterdam… Poco después, una legión de trajeados ejecutivos extranjeros salen a la luminosa terminal de llegada de este aeropuerto y se lanzan en tropel a tomar un taxi. Vienen a hacer negocios. Esta estampa es cada vez más frecuente en la puerta de entrada principal a la tercera economía de Asia.
Pero, ¿qué tiene Indonesia hoy que hasta la mismísima Angela Merkel acompañó recientemente a una delegación de empresarios alemanes? Vayamos por partes.
Un suculento pastel
En estos momentos es el quinto país emergente del mundo. Cuenta con un mercado de 240 millones de habitantes y una elevada demanda interna, “y con una clase media, que sigue aumentando, de más de 35 millones de potenciales consumidores, un sector financiero consolidado, diversidad y abundancia de recursos naturales, gran dinamismo del sector turístico y cierta estabilidad política”, resumen desde Crédito y Caución.
La tercera economía asiática, tras China e India, juega un destacado papel en la economía mundial hasta el punto de que contribuirá al 50% del crecimiento de la economía mundial en los próximos cinco años, según ASEAN.
El crecimiento económico del país fue del 6,1% el año pasado, y las previsiones de la ASEAN sitúan este indicador en 7% en los próximos años, un crecimiento que está relacionado con el desarrollo de sus infraestructuras.
Indonesia también es una plataforma de desembarco al mercado chino gracias al acuerdo de libre comercio (el mayor del mundo por número de consumidores) firmado por China y la ASEAN, a la que pertenece Indonesia, en 2010. Este TLC elimina el 90% de las barreras arancelarias entre sus miembros y abre excelentes oportunidades de negocio a la inversión extranjera en toda el área asiática, en la que las empresas españolas aún tiene déficit. Apenas un pequeño puñado está operando en el país (Indra, Meliá, Acerinox, Cimsa, Repsol, Zara, Centrade, Esmalglass). De hecho, nuestra balanza comercial es deficitaria (-728 millones de euros, a junio de 2012).
No por desconocido, Indonesia pierde atractivo para las empresas españolas. El país está inmerso en una mejora de sus infraestructuras, que afecta especialmente a la red de carreteras y ferrocarriles. Otros sectores de interés para las empresas españolas son el de las energías renovables, tratamiento de aguas, gestión medioambiental.
Especial interés, según la Oficina Económica y Comercial en Yakarta, el de la construcción industrial, que se prevé registre un crecimiento por encima del 15% hasta 2015. Se suma a ello los 140.000 millones de dólares que están previsto se gaste en infraestructuras durante los próximos cinco años, el 29% financiado por el Gobierno indonesio.
Mejor en compañía
En Indonesia se pueden abrir oficinas de representación e incluso firmar acuerdos de colaboración (joint venture) con empresas indonesias.
A la hora de penetrar en el país, Crédito y Caución, entidad de seguros de crédito que está clasificando las operaciones comerciales con este mercado “con normalidad y sin restricciones a corto”, nos hace la siguiente recomendación: “Las empresas que deseen empezar relaciones comerciales, necesitaran contratar agentes o distribuidores, que ayudarán no solo a vender el producto o servicio, sino también a aconsejar sobre estrategias de penetración. Hay que asegurarse de que no se contrate un agente que comercialice productos similares y, por otro lado, que en algunos procesos de fabricación son necesarias licencias o autorizaciones”.
EL PAÍS EN CIFRAS:
240 millones de habitantes
Renta per cápita: 3.000 millones de dólares
Incremento PIB: 6,1%
Tasa de inflación: 6%
Crecimiento importaciones:
42% en 2010 sobre año anterior
Exportaciones:
32% en 2010 sobre año anterior
EL TIRÓN DE LAS INFRAESTRUCTURAS
Hay tres sectores que son los motores de la economía indonesa: infraestructura de transporte, la energía y medio ambiente. Ahí están los grandes proyectos dotados de financiación multilateral. Tienen que ve con proyectos relacionados con la mejora de la red ferroviaria, carreteras (se espera que las nuevas infraestructuras sean capaces de transportar 350.000 personas al día en 2020), energías para romper la dependencia del país al petróleo (el objetivo es aumentar la potencia eléctrica) y aquellos que planteen soluciones a la contaminación (el Gobierno quiere reducir las emisiones de CO2 en 30.000 toneladas para los próximos ocho años), tratamientos de aguas y de residuos. Son proyectos de licitación internacional. En el plan Licita del Instituto de Comercio Exterior (ICEX) encontrarás cómo llevarlas a cabo (misiones directas e inversas, partenariados, programas individuales, etc). La agencia que coordina las inversiones en el país y que conceden las licencias es Badan Koordinasi Penanaman Modal (www4.bkpm.go.id) o BKPM.
A TENER EN CUENTA
Los expertos de Crédito y Caución nos ayudan a hacer negocios en Indonesia. Estas son sus recomendaciones:
Usos y costumbres
En las reuniones, la puntualidad no es esencial y puede ser que incluso se cancelen en el último momento. Además, “el precio es un elemento sensible que suele tenerse en cuenta más que la calidad, quedando fijado desde el principio las primeras comunicaciones. Los aspectos personales pueden aparecer en cualquier momento de la reunión, y las relaciones comerciales duraderas se valoran especialmente”. Cerrar las reuniones con un “gracias” en indonesio, puede resultar de ayuda (‘Terima kashi’).
Mejor, cara a cara
El idioma inglés se utiliza en cualquier empresa, “aunque es preferible estar acompañado de un agente nativo para las negociaciones fuera de Yakarta. Se valora los encuentros cara a cara y solamente se debe utilizar cualquier otra comunicación escrita al principio de la operación en la que se fije una reunión”, señalan.
Riesgos financieros
“Para las primeras operaciones es habitual el pago mediante crédito documentario irrevocable y confirmado”. Los pagos se hacen a través de entidades financieras designadas oficialmente y no se acepta efectivo. “Cuando las relaciones se afianzan, se paga con transferencias corrientes mediante pagos por adelantado, al contado o con pago aplazado, entre 90 y 180 días. En la mayoría de los casos se pacta pago aplazado, donde es importante la contratación del seguro de crédito a la exportación”.