“Es prioritario que la Unión Europea apoye el crecimiento de las pequeñas y medianas empresas”. Así reza una carta de Gordon Brown y Nicolas Sarkozy, del 30 de abril, a la presidencia del BCE. Y no se trata de una propuesta sin fundamento: el propio BCE afirma que el 49% de los bancos europeos ha restringido la concesión de créditos a empresas desde primeros de año.
Aquí, todavía peor
En España, aunque no existen datos, la opinión es unánime a la hora de valorar el acceso a la financiación ajena como el problema más grave al que se enfrentan las pymes.
Sin posibilidad de financiarse, y no sólo ya a largo plazo para invertir en bienes de equipo, sino para disponer de liquidez y hacer frente al día a día, muchas se ven obligadas a reducir su actividad o, incluso, a cerrar (un 46% ha crecido el número de empresas disueltas en el primer trimestre).
Parches puntuales
¿Qué se puede hacer? Pues parece que, por el momento, más bien poco. Por un lado el Instituto de Crédito Oficial (ICO) ha firmado diversos convenios con varias comunidades autónomas: Murcia, Baleares, Galicia, Aragón y Cataluña.
En general, se tratan de ayudas (bonificaciones, subvenciones, reducción del tipo de interés, entre otras) para pymes con menos de 50 trabajadores de la comunidad que ya tengan concedido un préstamo de alguna de las líneas de financiación del ICO. Si tenemos en cuenta que en Cataluña es el segundo año en el que se pone en marcha esta subvención y que en 2007, de las 26.475 operaciones con cargo a la Línea ICO-Pyme, sólo 73 se beneficiaron de ella, queda claro lo realmente limitado que será el efecto de estos acuerdos.
Pactos corporativos
Otra de las alternativas que han surgido recientemente para paliar este grave problema es el acuerdo suscrito por las patronales CEOE y Cepyme con tres entidades financieras: La Caixa, Santander y BBVA.
En virtud de estos pactos, las entidades financieras ponen a disposición de las empresas asociadas a ambas patronales 21.000 millones de euros –6.000 La Caixa y el resto Santander y BBVA–, si bien se dirigirán especialmente a las pymes. En la práctica se trata de condiciones preferenciales para las empresas de ambas patronales en la concesión de los productos financieros de las tres entidades.
En todo caso, podrán beneficiarse sólo los asociados: según datos de Cepyme, en 2003 eran 800.000. Con lo que quedarían fuera de este convenio aproximadamente 2,5 millones de pequeñas y medianas empresas.
Ante un problema tan grave como el actual para pymes y emprendedores, las soluciones deberían ser de mayor calado y para la totalidad.