La buena siembra: la recuperación de las semillas tradicionales
Víctor Perdigones Guerrero, Marta García Portela, María del Mar Gil Miranda son los responsables de La buena siembra, una iniciativa empresarial con la que se proponen recuperar las semillas tradicionales para el sector hortofrutícola.
¿Por qué hay que recuperar las semillas que utilizaban nuestros abuelos? La respuesta la ofrece Víctor Perdigones, administrador único e ingeniero de Montes y las razones son múltiples. Primero, que la semilla es la parte esencial de la cosecha, por eso hay que mimarla. Segundo, que la industrialización de la agricultura ha ido erradicando las variedades que mejor se adaptan a su hábitat natural a favor de otras que mejorasen el rendimiento, la productividad, la conservación y el aspecto de cara al supermercado recurriendo, para ello, a métodos genéticos e hibridación.
Entre las consecuencias de esta nueva industria de la semilla se hallan la pérdida de biodiversidad, la pérdida de nutrientes esenciales y el deterioro de la tierra. Todo eso es lo que quieren revertir con la propuesta agroecológica de La buena Siembra recuperando la calidad de las semillas sin tratar que utilizaban nuestros abuelos y bisabuelos que ya no están disponibles en el mercado.
El proyecto surge en la ciudad de Jerez cuyo consistorio les ha concedido este año el Premio al Emprendimiento. La principal barrera para la puesta en marcha del proyecto es la económica dado que requiere de un capital intensivo. La normativa exige disponer de unas instalaciones determinadas y de unos recursos que estos, como cualquier otra startup, no tienen.
Para solventar el problema han articulado otras líneas de negocio paralelas que les permiten mantener vivo el proyecto. La primera es la de la formación con la que imparten cursos, entre otros, de biodiversidad, obtención de semillas o huerta agroecológica, un conocimiento cada vez más demandado por los consumidores particulares y donde existe poca competencia. El curso, en modalidad presencial, combina el aprendizaje teórico con el práctico asignando a cada alumno un bancal de cultivo para sembrar, plantar, observar, cuidar y cosechar en un olivar de Torremelgarejo.
Otra línea corresponde al diseño y mantenimiento de jardines y huertos. Ofrecen aquí su experiencia a terceros interesados en acometer un proyecto de estas características respetando siempre el funcionamiento de cada ecosistema. En esta línea trabajan tanto con Ayuntamientos, como con comunidades, empresas y particulares.
Por último, una tercera fuente de ingresos la obtienen realizando directamente tareas agrícolas para clientes orientados en la producción ecológica.
“La meta final es ofrecer un servicio 360º y cerrar el círculo. Ofrecerlo todo, desde la formación hasta la producción de las semillas”, concluye Perdigones.
Alojamientos sostenibles y con glamour
Glamping es una startup concebida en Silicon Valley por David Troya, su fundador, y que luego decidió implantar en su ciudad natal, Sevilla. Dentro del sector turístico, lo que ofrecen en Glamping Hub son alojamientos muy originales que combinan el glamour con el contacto con la naturaleza promoviendo, así, el turismo sostenible. La oferta se extiende por todo el mundo e incluye desde campings de lujo, hasta hoteles ecológicos o cabañas ‘chulas’, entre muchos otros.
Glamping Hub se lanzó en 2013 como una plataforma de reserva de alojamientos únicos y como un recurso para el turismo sostenible. Actualmente lidera este segmento, con un equipo cercano al centenar de personas de diferentes nacionalidades con sede en en Denver (Colorado) y Sevilla (España).
Se trata más bien un airbnb de alojamientos ‘cool’ que ponen en el mercado sus propietarios para recibir a viajeros que buscan establecimientos diferentes. Una propuesta que está viviendo un gran empuje con el covid, por el aumento de la demanda de turistas por este tipo de oferta en detrimento de los alojamientos situados en el centro de las ciudades.
Yakk, para el alquiler de objetos
Yakk es un plataforma que te permite alquilar cualquier objeto durante el tiempo que lo vayas a usar. “Queremos cambiar la forma de consumir para que lo importante no sean los objetos, sino lo que puedes hacer con ellos”, declara sus fundadores de esta solución que en su corto recorrido ha conseguido ya reunir a 30.000 usuarios y cerrar su primera ronda de inversión de 249.000€ en tan solo 22 días. Los fondos conseguidos se invertirán en desarrollo de producto, aumento del equipo y marketing .
Nacida durante el confinamiento, Yakk se presenta como una plataforma en la que se pueden alquilar todo tipo de objetos por días, semanas o meses. El propósito es transformar la filosofía de consumo actual basada en comprar-usar-tirar por alquilar-usar-reutilizar. “En Yakk no queremos ser una empresa más, buscamos revolucionar la manera que tenemos de consumir empoderando a la gente a hacer más con menos. No tiene sentido estar comprando todo el día cosas que usamos de forma puntual, lo que sí lo tiene es disfrutar de la vida a la par que cuidamos del planeta” explica María Azofra, CEO de la compañía.
Desde el lanzamiento de su web han obtenido 30.000 usuarios y planean un crecimiento del 200% para este último trimestre. En cuanto a los artículos más alquilados corresponden a los equipos audiovisuales y deportivos, para el corto plazo, y los equipos informáticos en la opción de flexing o alquiler a largo plazo con opción a compra.
Insectos para alimentación animal
Si las foodtech ya han utilizado insectos para producir harinas y galletas destinadas a la alimentación humana, parece lógico que éstos sirvan también como abono para la agricultura y comida para animales de granja. La UE lo permite ya desde el año 2017. El uso de insectos facilita el impulso de la economía circular al reducir la importación de harina de pescado o la de harina de soja, más difíciles de producir de forma local. Los agricultores pueden trabajar así sin depender de los grandes mercados mundiales. Farminsect ha desarrollado una plataforma conectada con sensores que guía a los agricultores en todo el proceso de producción de los insectos para que los puedan cultivar sin ningún tipo de conocimiento previo sobre su cría. Estas crías se pueden emplear después para dar de comer a otros animales (una alimentación más sana ya que se reduce el uso de antibióticos) o emplearlos para fabricar compost de alta calidad. Está considerada una de las agritech con más futuro de Europa.