Como suplemento alimenticio, como producto de belleza, como artículo de farmacia… los derivados del cannabis están entrando en el mercado con muchas fórmulas para triunfar. Es el mejor momento para apostar por el desarrollo de unos productos que hasta hoy generaban mucha incertidumbre y que se han convertido ya en un excelente nicho para nuevos emprendedores.
Borja Iribarne, CEO fundador de Profesor CBD, el ecommerce de CBD líder en España, con presencia también en Italia, Alemania, Francia, Reino Unido y Portugal.
“Debes sentirte a gusto en el barro. Si en cualquier proyecto de emprendimiento debes de hacer un poco de todo, cuando comercializas un producto derivado del cannabis prepárate para impregnarte de decretos ley y de leyes europeas antes de ni siquiera pensar en el logo. Innovar no es siempre crear un producto nuevo, sino saber interpretar favorablemente una disposición de ley“.
Telmo Güell, fundador de The Beemine LabTM. Son especialistas en productos de cosmética y parafarmacia a base de cannabis y miel y están presentes en más de 800 farmacias españolas.
“Las industrias crecientes como la del cannabis están llenas de barreras y oportunidades, lo importante como emprendedor es tener una propuesta de valor definida y saber adaptarla mediante la innovación y el diseño a las necesidades del mercado”.
Carlos Adolfo Guzmán, CEO de medcann Pharma, una compañía Biolab pionera en la industria del cannabis terapéutico. Proveedor global de licencias de genéticas de cannabis y suministro de semillas, de origen lícito y trazable, con casa matriz en Canadá y filiales en España, Perú y Colombia.
“Quien desee emprender en la industria del cannabis medicinal debe tener voluntad y disciplina, prepararse para adquirir un elevado conocimiento normativo a nivel nacional e internacional, perseverar en los trámites regulatorios, y mantener un propósito superior con el foco puesto en el paciente – mejorar su calidad de vida – y en el retorno a la sociedad. Asegurar la calidad de principio a fin en la cadena de valor y una firme vocación I+D, marcarán la diferencia para aquellos que se destaquen en este creciente e innovador sector”.
Estefanía Alcalde, fundadora de Ítaca Organics, una marca de cosmética ecológica y vegana comprometida con la salud y el medio ambiente. Acaban de lanzar la primera pasta de dientes ecológica con Cannabidiol (CBD), una sustancia derivada de la planta Cannabis Sativa con propiedades antibacterianas, antiinflamatorias y calmantes.
“El CBD o Cannabidiol está estigmatizado, pero es uno de los cannabinoides más importantes de la planta del cáñamo sin efectos psicoactivos y con multitud de propiedades beneficiosas para el cuerpo humano. Para trabajar contra este estigma es importante que las empresas ofrezcan la máxima garantía y transparencia. Por este motivo, fabricamos en Barcelona y todos nuestros productos cosméticos están certificados por bio.inspecta”.
Diego Rueda López-Schümmer, cofundador de Relash, una marca de bebidas funcionales a base de aceite de semilla de cannabis con propiedades relajantes y antiestresantes.
“Dado el desconocimiento de gran parte de la población, una parte importante del trabajo diario está centrado en educar a clientes o proveedores. No hay que olvidar que no todo el Cannabis es marihuana y que hay partes de la planta que tienen una gran utilidad, recomendadas incluso por la OMS. Al igual que Coca Cola utiliza hoja de coca en su fórmula, sin que eso implique que está usando la droga de la planta de coca, lo mismo es posible con la planta de Cannabis. Cuando la sociedad normalice su uso, se desbloqueará una industria de enorme potencial”.
Antonio de la Cuesta, fundador y CEO de The Soul Brand, un proyecto nativo digital que se dedica a la comercialización de productos cosméticos derivados del cannabis.
“Para emprender en el mundo del cannabis es importante entender en qué punto se encuentra actualmente el sector. Saber cómo aproximar el producto a tu publico objetivo y transmitir los beneficios del mismo son claves. De la misma forma, entender que el producto hasta ahora tenía un anclaje negativo y vinculado al uso recreativo del cannabis, lo que suele ser un handicap, pero todo cambia cuando la gente conoce y se informa de sus propiedades fuera del uso lúdico y realmente entiende que los resultados son reales”.
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