Seguro que hay muchas características personales comunes a los emprendedores: ilusión, perseverancia, comunicación, capacidad de análisis… todas decisivas, sin duda. A mí me ha llamado poderosamente la atención otra: la curiosidad. En el proyecto que nos ha unido con SEAT para analizar el día a día de los emprendedores de éxito nos ha proporcionado más de un lujo desde el punto de vista intelectual. Uno de los más potentes ha sido presentar a dos emprendedores de éxito que no se conocían: Miguel Vicente, cofundador de Wallapop (entre otras muchas empresas) y Sebastien Chartier, creador del Salón MiEmpresa (evento que reúne anualmente a más de 15.000 emprendedores en el Palacio de los Deportes de Madrid).
Sorprende la ilusión con la que se tomaron el encuentro. De hecho, aprovechamos una visita de Seb Chartier a Barcelona, la sede de Wallapop, para tomar un café juntos, en principio para explicar la reunión que después íbamos a grabar en Madrid (tienes el video en esta misma web), aunque enseguida el encuentro tuvo una mayor dimensión. Dos emprendedores con un recorrido tan importante y con una red de contactos absolutamente envidiable reaccionaron con un gran interés mutuo, con alegría incluso.
Al conocerse se formularon alguna pregunta de rigor para consolidar las ideas que ya traían uno del otro. Estaba claro que ambos antes se habían documentado sobre la empresa y trayectoria del otro. Y acto seguido fueron al grano: Miguel Vicente le preguntó a Seb Chartier si iba a desarrollar el Salón MiEmpresa en otras ciudades y si la Comunidad de Madrid le cedía el espacio de forma gratuita o le cobraba por cederle el Barclaycard Center de Madrid (todavía no y se paga alquiler, si quieres saber la respuesta). Poco tiempo pasó hasta que Chartier le preguntó a Miguel Vicente cómo van a monetizar el impresionante volumen que está moviendo ya Wallapop. Y Miguel Vicente contó que el usuario nunca pagará, pero que los posicionamientos especiales tendrán coste muy pronto.
Esta curiosidad es, en realidad, ganas de aprender basada en dos realidades muy propias del emprendedor. Por un lado, la inmensa mayoría de los emprendedores tienen la humildad suficiente para tener claro que pueden aprender de los demás, por muy modestos o diferentes que sean. Por otro lado, todos se basan en un principio que en la Revista Emprendedores tenemos muy contrastado: los emprendedores son generosos. Se dan consejos entre ellos y, generalmente, no tienen ningún problema en dar detalles sobre sus negocios, incluso detalles estratégicos.
Si es cierto que existe un ecosistema emprendedor, no cabe duda de que está formado por personas con un gran empuje, con una enorme curiosidad y que están abiertas a compartir sus experiencias.