Este año entrevistamos a un emprendedor que se dedicaba a la ingeniería de la edificación. Este arquitecto de formación no paraba en todo el día; siempre andaba de una obra para allá a otra para acá.
Cuando le preguntamos cuál era la gran ventaja de una app móvil de facturación, Alejandro nos respondió sin dudarlo: “La facilidad de facturación desde cualquier sitio. La posibilidad de que, nada más terminar una obra, pueda facturar enseguida a mi cliente”.
Y esta es una de las grandes novedades de la facturación en la nube: la posibilidad, como decía Alejandro, de facturar en cualquier sitio. El único requisito es tener una conexión a internet.
Esto supone una gran ventaja para aquellos oficios como el de comerciales, transportistas, ingenieros de obra, fontaneros, electricistas, etc., que transcurren más tiempo en la calle que en la oficina o el taller.
Antes la costumbre era amontonar todo el papeleo en libretas o carpetas y pasarlas al ordenador al final de la jornada. Ahora, con los programas de facturación en la nube, son muchos los autónomos y las pymes que se ahorran este faenón burocrático.
La facturación en tu móvil o tableta
Los programas de facturación en la nube más avanzados han desarrollado apps para iOS y Android. Esto ahorra a muchos tener que ir con el portátil a cuestas y poder llevar la facturación desde la comodidad del móvil o de la tableta, dos dispositivos que están al alza no sólo en el uso personal sino también en el de negocios.
Por lo general, estas apps están dotadas de casi todas las funciones que puede prestar el programa de facturación al que remiten. O, al menos, permiten lo más básico e imprescindible para los que no paran por la oficina: emitir facturas, archivar gastos, contactar clientes y proveedores y un breve pero irremplazable etcétera.
Llevar el control de tu negocio en cualquier lugar
Alejandro nos recordaba la importancia de poder hacer una factura a su cliente a pie de obra y enviársela en PDF por e-mail. Pero la versatilidad en el móvil o la tableta no acaba ahí.
Pongamos que Alejandro quiera estar al tanto de la situación de su negocio una vez acabada una operación. En seguida puede tener una panorámica de su historial de ventas, de las facturas impagadas o vencidas o si tal o cual cliente han aceptado el presupuesto que les envió el día anterior o esta mañana antes de llegar a la obra.
Pero la jornada continúa. Alejandro tiene una cita para comer con un proveedor y se retrasa. Puede consultar sus datos de contacto en la app del móvil y avisar a su proveedor de que llegará más tarde.
Y como es un almuerzo de negocios, puede que Alejandro acepte la compra de un nuevo producto. Basta con introducirlo en la sección de gastos de la app del móvil y sanseacabó.
Y como el almuerzo corre a su cargo (el de su empresa), al acabar puede fotografiar la cuenta con el móvil o la tableta y subirla a la app nada más terminar.
De este modo a Alejandro no se le escapa ni se le pierde nada. Mantiene la facturación y la contabilidad actualizadas no sólo al día, sino al instante.
Por lo que luego a la tarde puede dedicar aquel tiempo que antes perdía pasando todas esas operaciones en el ordenador de la oficina o de casa a su familia, a ir al gimnasio, tomarse una cerveza con un colega… Y no, Alejandro, no, ese gasto no corre a cuenta de la empresa. ¡Deja la app del móvil en paz por un momento!