En ocasiones, un pequeño emprendedor anónimo consigue vencer a todo un gigante como Amancio Ortega. Es el caso de la británica Amber Kotrri, que ha ganado en los tribunales una intensa batalla legal contra Inditex, en el marco del nombre que decidió poner a su tienda de kimonos, House of Zana.
La emprendedora, que lanzó su negocio en 2018, no había podido registrar la marca, debido a que la empresa fundada por Amancio Ortega le había denunciado al considerar que House of Zana era “conceptualmente idéntica” a Zara, el buque insignia de Inditex. Sin embargo, la justicia británica ha considerado que ambos nombres son lo suficiente diferentes como para que el consumidor se confunda al comprar en la tienda de kimonos.
Como principal argumento, la emprendedora que ha ganado en los tribunales a Amancio Ortega explicó que su marca no estaba construida para aprovecharse del enorme posicionamiento de Zara, sino que la palabra zana significa “hadas” en albanés, el idioma de su marido. Por tanto, House of Zana, el nombre de su empresa, se traduciría como “Casa de Hadas”.
A pesar de que, en esta ocasión, el pez pequeño ha vencido al grande, no es la primera vez que Amancio Ortega lleva a un pequeño emprendedor a los tribunales por un tema relativa al nombre de sus marcas. Hace unos años, el emprendedor de origen iraní Moien Tayari se vio obligado a cambiar el nombre de su tienda de frutos secos, Zaravand, tras la demanda del grupo gallego, tal y como recuerda el diario británico The Times.
Otros casos en los que Amancio Ortega podría haber ganado el juicio
A pesar de que Kotrri podrá registrar el nombre de su tienda de kimonos, la regulación sí hubiera dado la razón a Amancio Ortega en otros casos en los que el nombre o la estética de los envases y productos pueden generar confusión en el consumidor.
Un ejemplo de ello es el caso de Pazo de Vilane y Corral de Monegros, dos empresas dedicadas a la producción y comercialización de huevos. En 2019, la primera denunció a la segunda por competencia desleal, al considerar que el embalaje en el que comercializaban el producto era demasiado similar al suyo, lo que podía inducir a la confusión de los consumidores. En aquella ocasión, la justicia dio la razón a Pazo de Vilane.
Otro ejemplo reciente y mucho más similar al litigio entre Amancio Ortega y Amber Kotrri es la petición de cambio de nombre que McDonald’s envió a un emprendedor gaditano que había decidido llamar a su hamburguesería, tirando del humor andaluz, Menoc Donald. El caso no llegó a los tribunales porque el establecimiento aceptó la sugerencia y cambió el nombre del local.
En España, cabe destacar que los derechos intelectuales e industriales de las marcas se recogen en la legislación. Se trata de una protección territorial, por lo que no se garantiza la protección en otros países ni siquiera en la UE. Además, aunque es el apartado con la menor protección temporal, diez años, en la práctica es el más extenso, puesto que puede renovarse indefinidamente. Puedes consultar más sobre la cuestión en este otro artículo de EMPRENDEDORES.