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29 Mar, 2023

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Aptitudes y actitudes del emprendedor para gestionar mejor el talento de los equipos

Si hay algo difícil de definir es el talento, mucho más si hablamos de talento emprendedor. Una clasificación dentro de un término que abarca conceptos muy diferentes. Atrévete a descubrir en este artículo qué es el talento emprendedor y si tú lo tienes.

Talento emprendedor

“Nadal tiene un gran talento jugando al tenis”, “Amancio Ortega tiene mucho talento para los negocios”… Con frecuencia decimos o escuchamos estas afirmaciones para describir las capacidades y destrezas de deportistas y hombres de negocios. El talento es una medida a la hora de determinar el éxito personal y profesional en el mundo actual. Pero ¿qué es el talento? 

¿Qué es el talento?

La palabra talento proviene del latín talentum, heredado del griego antiguo, y su significado es “plato de balanza”. El talentum medía el peso de un elemento y, a partir de ello, su valor, su contraprestación. En la actualidad, la contraprestación más habitual del talento es el dinero, pero no es la única. 

La RAE define el talento como: 1.Inteligencia (capacidad de entender) 2.Aptitud (capacidad para el desempeño de algo).

Como definir la inteligencia sería tan complicado o más que definir el talento, y teniendo en cuenta que el origen del talento tiene que ver con una balanza y el equilibrio, vamos a analizar el concepto de talento como el equilibrio entre la ACTITUD y la APTITUD. Es decir, la combinación entre conocimientos (aptitud) y forma de actuar (actitud). 

Una sola letra cambia el significado de dos palabras, que se convierten en el binomio perfecto para definir, o al menos aproximarnos, a lo que llamamos talento emprendedor. 

Porque a la pregunta de si existe un talento emprendedor, la respuesta es, sí. El emprendedor es una rara avis dentro del mundo de los negocios y las empresas y como tal debe desarrollar ciertas actitudes y aptitudes que le diferencien del resto y que le ayuden a conseguir sus objetivos sin morir en el intento. 

A continuación, te mostraré lo que denomino los imprescindibles del talento emprendedor. Tres aptitudes y tres actitudes que, si o si, debes incorporar a tu mochila. No son todas las que necesitas, pero sin ellas te aseguro que tu camino será más largo y complicado. 

Las tres aptitudes imprescindibles

Cuando se trata de conocimientos, el emprendedor no debe ponerse límites. Hay que aprender para emprender. Como afirma Mike Cobián, socio general de The Valley Venture Capital, un fondo de inversión para start-ups: “La formación y el aprendizaje son las materias primas del emprendedor. Mucho más que el dinero o la idea”. 

Entre todo el conocimiento que un emprendedor debe recoger se encuentran tres aptitudes imprescindibles: la aptitud económico- financiera, la aptitud de venta y la aptitud digital. 

1.-Aptitud económico-financiera: no es la aptitud más sexy, pero seguro que, sin ella, tu negocio ‘hará aguas’

Pocas cosas hay más objetivas que un dato, un número que te sitúe dentro de una escala de medida. Para cualquier negocio hay que tener los números muy claros. Porque te guste o no, tu negocio será medido a través de tu cuenta de resultados. Y no vale ‘maquillar’ las cifras y abandonarte al dicho popular de “el papel lo aguanta todo”. Eso solo supone un autoengaño, hacerte trampas al solitario y olvidar que siendo emprendedor pasas parte del tiempo en la cuerda floja sin red que te proteja. 

¿Sabes calcular la rentabilidad de tu negocio?, ¿tus necesidades de financiación?, ¿en que debes invertir?, ¿tienes conocimientos de gestión de tesorería?, ¿sabes interpretar un balance?… Si tus respuestas son negativas, tu talento emprendedor se tambalea.

De las primeras cosas que tendrás que hacer al emprender es un Plan de Negocio, un documento formal de objetivos empresariales como base para evaluar y proyectar tus ideas, repleto de datos, tendencias y un sinfín de análisis económicos. Aptitud económica- financiera en su máximo esplendor. 

2.-Aptitud de venta: el objetivo de cualquier proyecto de negocio es vender

Si no eres capaz de generar una venta, tu negocio solo será una idea feliz, sin más. Vender es todo un arte y como cualquier arte necesita de mucho tiempo de aprendizaje. 

Para vender es necesario no solo conocer las mejores técnicas de venta del mercado sino conocer el propio mercado, a nuestros clientes y a nosotros mismos. Para vender bien no debes enfocarte en la venta sino en satisfacer una necesidad. 

Simon Sinek, en su charla TED titulada ‘El Círculo Dorado’ (The Golden Circle) explica en detalle cómo actúan las empresas líderes a la hora de vender sus productos o servicios. Lo más importante no es qué vendes o cómo lo vendes sino para qué lo vendes. Por ejemplo, el éxito de Coca Cola no es la venta de un refresco a través de campañas publicitarias en cientos de medios, sino que su éxito radica en que dicho refresco es símbolo de felicidad. 

3.-Aptitud digital: a estas alturas de la vida sobra decir que los conocimientos en el mundo digital no son un must

Las herramientas tecnológicas son el medio para ir más rápido y llegar más lejos en un mundo que no conoce fronteras. Tener una página web con un ecommerce para vender tus productos o servicios desde cualquier lugar del mundo se ha convertido en algo común. 

Gestionar tu agenda, las tareas diarias, comunicarte con otros profesionales, formarte… ahora se hace desde un dispositivo tecnológico: móvil, tablet, PC…La tecnología ha pasado a ser una prolongación de nosotros mismos. Es más probable que salgas de casa sin las llaves que sin el móvil. Los asistentes de voz, como Siri y Alexa se han convertido en tus compañeros de viaje y de piso.

Ser humanista digital  ya no es una opción sino una necesidad. 

Las tres actitudes imprescindibles

Ahora les toca el turno a las actitudes con C. A esas habilidades, mal llamadas  “blandas”, que configuran el otro lado de la balanza: la actitud resiliente, la actitud creativa y la actitud humilde. 

1. Actitud resiliente: el emprendimiento está lleno de adversidades

Cuando consigues que algo funcione, tras muchas piedras en el camino, de repente se estropea. En algunos casos por una falta de visión a largo plazo y en otros casos no sabemos por qué razón, pero pasa y no puedes rendirte. Eso es la resiliencia, la capacidad de afrontar la adversidad una y otra vez sin tirar la toalla. 

No la confundas con la terquedad o cabezonería, el resiliente sabe cambiar de tercio o, como se dice en el mundo emprendedor, pivotar. El resiliente se distingue del terco porque tiene: 

Gran capacidad de improvisación: es flexible y se siente cómodo actuando fuera de los límites de lo convencional.

Gran capacidad de resistencia: convierte las situaciones de estrés o presión en situaciones naturales. No siente la responsabilidad como un peso insoportable, sino que la abraza sin temor a lo que pasará. 

Gran capacidad resolutiva: para cada problema o reto que se le plantea, siempre tiene una o varias soluciones. Mantiene la calma y es proactivo.

2.-Actitud creativa: conectar puntos es la mayor afición del emprendedor nato

Cualquier idea es susceptible de mejora. Le gusta construir y rodearse de personas creativas que le mantengan en un estado de alerta continua.

No juzgar es uno de sus mantras: nada es correcto, nada es incorrecto. Todo vale y todo aporta, incluso aquello que aparentemente no aporta. 

La casilla de salida de un emprendedor suele ser la casilla cero, cero recursos, pero mucha imaginación para convencer a otros y a si mismo de que todo es posible.

3.-Actitud humilde: mantener bajo control el ego es uno de los grandes desafíos del emprendedor

Saber que el error es humano y que no eres infalible te ayudará a la hora de avanzar. Tus ideas de negocio no son siempre las mejores. Déjate acompañar y no te deslumbres con el éxito alcanzado. Celebra los logros, pero mantén los pies en el suelo. 

Recuerda la diferencia entre Tiger Woods y Rafael Nadal, el primero estuvo a punto de echar su carrera como golfista por la borda a causa de múltiples adicciones, el segundo ha sido capaz de gestionar con serenidad y humildad su meteórica carrera. 

Ahora ya conoces los imprescindibles del talento emprendedor, tres aptitudes (finanzas, ventas y tecnología) junto a tres actitudes (resiliencia, creatividad y humildad) que (casi) seguro te llevarán al éxito. 

No es cuestión de ser experto en cada una de ellas sino de tener la información suficiente para poder hacerlo tú o poder gestionar un equipo que te complemente. Y tú, ¿tienes talento emprendedor? 

Cinco sesgos mentales que frenan tu talento emprendedor

Ser emprendedor no es un camino de rosas, es un camino plagado de obstáculos externos, pero también de obstáculos internos, generados por la mente. Porque nuestro cerebro es, en muchas ocasiones, nuestro peor enemigo. 

El cerebro tiene el poder de cambiar la realidad que vivimos a su antojo, distorsionando los hechos y obligándonos a tomar decisiones irracionales y a menudo equivocadas en nuestros modelos de negocio, a través de los denominados sesgos mentales o sesgos cognitivos. 

Aquí tienes cinco sesgos mentales que debes evitar si quieres emprender con éxito: 

SÍNDROME DEL IMPOSTOR: afecta a aquellas personas que tienen la sensación de ser un fraude, de no merecer lo que han conseguido por atribuirlo al factor suerte. De no estar lo suficientemente preparadas para hablar sobre un tema o desarrollar una tarea. Personas con una falta de autoconfianza que les limita para compartir con otros su conocimiento y experiencia. 

Para evitar el síndrome del impostor analiza tus puntos fuertes, evita las comparaciones y haz un listado de tus logros. Te sorprenderás. 

SESGO DE CONFIRMACIÓN: tendemos a buscar información que confirme nuestras creencias e hipótesis, descartando todo aquello que se aleja de nuestra visión emprendedora. Es uno de los sesgos más peligrosos porque nos aísla de la realidad y puede acabar con nuestro negocio.


Si sufres este sesgo te recomiendo algunas de las técnicas en las que se basa la metodología Lean Startup. Podrás ver el mundo tal como es, por duro que ello sea. 

LA FALACIA DEL COSTE HUNDIDO: o lo que muchos denominan “De perdidos, al río”. Es la tendencia a seguir invirtiendo tiempo y dinero en algo solo por el hecho de haber invertido mucho en ello, sin tener en cuenta si tiene sentido o no seguir haciéndolo.


Este sesgo puede arruinar tu negocio en poco tiempo por lo que te recomiendo que eches números antes de decidir si vale la pena seguir invirtiendo. 

ILUSIÓN DE AGRUPACIÓN: encontramos patrones y grupos en los datos aleatorios, llegando a fabricar información nueva para justificar el patrón. Esta ilusión nos puede llevar a pensar que tanto los éxitos como los fracasos se repiten de forma infinita, llevando a nuestro cerebro a crear círculos viciosos o virtuosos que nos nublan la capacidad de decisión. 

Utiliza tu capacidad de análisis objetivo para vencer dicha ilusión. 

DESFASE DE EMPATÍA: el emprendedor es un ser emocional por naturaleza que vive en una montaña rusa continua. La incapacidad de reconocer nuestro estado emocional y el de los que nos rodean puede llevarnos a actuar y tomar decisiones poco acertadas.