En plena etapa de desarrollo para el metaverso y auge para las criptomonedas, los NFT (tokens no fungibles) se han convertido en los activos digitales más codiciados. Comprar uno de estos tokens para revenderlos después por un precio superior -en ocasiones, incluso unos minutos más tarde- ha convertido a esta tecnología en uno de los negocios más rentables del mundo, aunque se trata de una inversión de altísimo riesgo.
Pero, ¿qué es exactamente un NFT? Se trata de activos digitales únicos que utilizan la tecnología blockchain para garantizar su autenticidad y la propiedad del mismo. Así, los tokens no fungibles llevan meses siendo la última sensación en el sector del arte digital, con operaciones de miles de millones de euros.
¿Solo coleccionismo?
En ocasiones, la posesión de un NFT otorga a sus propietarios condiciones especiales, más allá de la especulación con una futura venta o el simple coleccionismo.
Es el caso de Bored Ape Yatch Club, una colección de caricaturas de simios que cuenta con 10.000 dibujos diferentes. En cada uno, un chimpancé aparece vestido de una determinada manera o realizando diferentes acciones. Esta colección de NFT se ha convertido en un cotizadísimo negocio, pasando de costar 1.700 dólares a 180.000 en apenas 20 minutos.
La posesión de uno de los dibujos de los simios de Bored Ape Yatch Club no es solo una obra de arte que coleccionar en el mundo digital. Ser propietario de un simio funciona como un carnet de miembro de su comunidad, y otorga una serie de ventajas, como la participación en una obra colaborativa o el acceso a concursos para obtener grandes sumas de dinero en criptomonedas.
Además, las casas de subastas más importantes del mundo, como Christie’s o Shoteby’s, han comenzado a incluir los NFT en su cartera de activos. En el caso de la primera, la subasta del certificado de propiedad digital de una obra del artista Mike Winkleman consiguió recaudar 69 millones de dólares. Toda una fortuna, que poco tiene que envidiar al arte convencional.
El gran mercado de los NFT
Aunque los NFT se han relacionado durante su corta vida con el arte digital, lo cierto es que sus aplicaciones ya han ido un paso más allá, y prometen ser toda una revolución cuando los metaversos de las grandes tecnológicas terminen de desarrollarse.
Solo en 2020, estos activos digitales movieron 338 millones de dólares en todo el mundo, el doble que el año anterior. Una propina, teniendo en cuenta que, en 2021, año de la explosión definitiva del NFT, se registraron operaciones por valor de 36.000 millones de euros, según Chainalysis, un grupo dedicado al análisis del mercado de las criptomonedas.
Además del arte digital, casi cualquier cosa es susceptible de convertirse en NFT, teniendo en cuenta que se trata de algo así como un título de propiedad digital basado en la tecnología blockchain. Por ejemplo, el fundador de Twitter, Jack Dorsey, decidió poner a la venta un token no fungible de su primer tuit en la red social, por el que se pagó 2,9 millones de dólares.
¿Dónde y cómo se compra un NFT?
Para comprar un NFT, la primera condición es contar con una mínima cartera de criptomonedas. Las operaciones suelen cerrarse con estas divisas, también basadas en la tecnología blockchain, habitualmente en Ethereum, una de las monedas descentralizadas más potentes por su tecnología enfocada a los contratos inteligentes.
Como si de un producto tangible se tratase, existen marketplaces especializados en la venta de estos activos. OpenSea es la más famosa, conocida como ‘el Amazon de los NFT’ en la comunidad cripto. Sus usuarios pueden comprar o vender sus propios tokens no fungibles a través de su plataforma, que se queda con el 2,5% de cada transacción.
Cuidado con las estafas
Las altas rentabilidades obtenidas en algunas operaciones de NFT ha llamado la atención de muchos inversores digitales, pero también de la ciberdelincuencia. En este sentido, conviene andar con ojo y estar seguro de que las transacciones no esconden una estafa que pueda hacerte perder mucho dinero…
Entre las más comunes, destaca la creación de colecciones fantasma. En estos casos, un usuario decide poner a la venta su propia colección de NFT, al estilo de la de Bored Ape Yatch Club. Tras el pago por parte de los usuarios, cierra la página y desaparece de las redes sociales con el dinero. Teniendo en cuenta el alto valor de las transacciones, el bote puede ser multimillonario para el estafador.
Además de las estafas directas, son muchas las voces que dudan de la utilidad real de los NFT y consideran que se trata de una gran burbuja que podría hacer perder fortunas a muchas personas. Por eso, al menos de momento, recomiendan acercarse a este mercado con cautela, y no cometer los errores al invertir que más dinero pueden hacerte perder.